¡Tu Hilado más bonito, el que nunca olvidarás!
Me siento con los deberes bien hechos. Después de un bello día entre copos de lana y husos, me puedo sentar sabiendo que hoy han nacido cinco nuevas hilanderas.
Todas se han podido marchar con un huso decorado por ellas y el primer hilado entre sus manos.
Como cinco pequeñas infantes cuando empiezan a escribir sus primeras letras. Así las veía, cuando casi no sabíamos coger el lápiz y usábamos la goma de borrar tantas veces como hiciese falta hasta poder escribir lo más legible posible la frase que todos recordaremos siempre: «Mi mamá me mima». Así se han sentido hoy mis cinco chicas cuando por primera vez en la vida se enfrentaban a la ingente tarea de hilar una hebra de lana de oveja merina con su propio huso. Lanas que rompían acompañadas del sonido del huso al caer. Ojos sin saber donde poner cuando no daban abasto para ver todos los movimientos de sus manos al hilar. Huso que giraba en dirección contraria a la deseada cuando menos se lo esperaban.
Frustración, rabia, impotencia… todas esas emociones han vivido mis hilanderas al no conseguir hacer con la lana lo que ellas querían a la primera o pensar que nunca lo podrían hacer. Pero se equivocaban, porque después han podido sentir el orgullo y alegría cuando al terminar descubren que en su huso han sido capaces de crear su primera bobina. Han sido capaces de hilar un precioso hilo fino ellas solas.
¡Ha nacido una nueva hilandera!
Y yo me siento con ellas como si fueran mis pollitos, deseosas de enseñarles lo que sé, de seguir hilando juntas y compartir la experiencia.
«Chicas, regocijaos hilando estos primeros días porque sólo se vive una vez, es precioso y ya nunca más podréis volver a repetir esa forma de hilar»
¡Como siempre ha sido y será… el maestro enseña al alumno, pero cualquier día el alumno enseñará al maestro y ese día yo seré Feliz!
Aprende más sobre qué es el hilado y el Arte de hilar.
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