En la vida todo viene y todo va
Todo está en continuo cambio y movimiento, nada es estático
La mesa de estación me permite observarlo y ser consciente de esos cambios y ciclos que se repiten una y otra vez.
La gente viene y va del lugar donde vives. Algunos siempre permanecerán allí. Las tiendas y comercios igual, y cuando regresas te das cuenta de que donde siempre habías estado, sitio que creías tuyo, ya no lo conoces, ya no está igual. ¿Es otro sitio entonces? No, es el mismo de siempre pero los lugares también crecen como uno mismo. Lo mismo ocurre cuando ves a un amigo de la infancia que hace tiempo no veías, te parece otro, porque en tu memoria estaba la imagen con la que viviste. Pensamos que van a permanecer siempre igual, pero estático solo permanece el recuerdo de alguien o algo vivido, lo demás siempre está en continuo movimiento.
Se marchan vecinos y amigos del sitio donde vives, y siento pena, pena porque hay cosas que no quieres que cambien, pero yo algún día también me moví porque es precisamente ese impulso vital el que te hace cambiar. La vida es continuo cambio y evolución.
Algunas piezas del tablero se mueven rápido y otras despacio, unas se mueven mucho, otras poco y otras permanecen siempre en el mismo lugar, convirtiéndose en puntos de referencias o pilares de apoyo. Pero antes o después esas piezas también se irán, dejándonos una sensación de tristeza y soledad.
Tenemos que ser conscientes de ello y estar preparados siempre para despedirnos de lo que se va y abrazar lo nuevo que viene.
Así es la vida, continuo cambio y evolución
La mesa de estación nos ayuda a observar con más atención todo esto cuando Jack Frost, el Sr. Escarcha, se tiene que marchar porque el invierno termina y ya ha soplado y congelado todo lo que tenía que congelar y a su debido tiempo, no antes, llegará la madrecita Deshielo, con su escoba barriendo todas las calles para que los tiernos brotes de primavera puedan asomarse a saludar.
Estos son los ciclos de la vida, los que nos ayudarán a marcar nuestro camino, los que siempre lo han marcado y siempre lo marcarán.
«Este mes yo también cojo mi escoba, es momento de barrer, es momento de limpiar y de vaciar. Es momento de decir adiós a lo viejo y dejar espacio y sitio para lo nuevo que esté por nacer, que esté por llegar»
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