¡Como en los Cuentos!
Subimos a hilar al Torreón del Alcázar
El pasado jueves nos fuimos con todos los bártulos, con huso y rueca en mano al Alcázar de Toledo, subimos al Torreón y empezamos a hilar.
Las personas que organizan las actividades culturales en la Biblioteca de Castilla la Mancha ubicada en el casco antiguo de Toledo, nos ofrecieron este bonito espacio donde ellos realizan su actividad que por cierto son muchas y muy variadas.
Nosotros ni cortos ni perezosos allí que nos fuimos, a pesar de todas las dificultades que el acceso a la misma, por estar en obras entre otras cosas, nos planteaba.
A esto se unió que el medio de transporte en el que pensábamos trasladar todo, tampoco estuvo disponible a tiempo, algo normal que suele pasar cuando llevas el coche a que pase su chequeo. Aún así tampoco sería esto lo que nos impidiese subir. Con nuestro pequeño coche, haciendo varios viajes y con la ayuda del ChefJM y su amigo pudimos preparar una gran mesa donde poder mostrar todos los pasos del proceso del hilado.
Lanas y fibras de todo tipo, vellón de lana, lana cardada y lana peinada de muchos colores, cardas manuales y cardadora de tambor, peines, husos, tabla de mezclas, madejadora, botes con flores y hojas para teñir, madejas de lanas, hilos clásicos y artísticos… como puedes ver todo un mundo.
Y por si nos parecía poco seguimos un paso más y nos adentramos también en el mundo del fieltro y llevamos un trocito de la mesa de estación allí, unos muñecos de lana cardada, algunos muñecos Waldord de lana, las posibilidades del fieltro en húmedo y las que nunca pueden faltar, las hadas con lana peinada.
En fin como puedes ver todo un espectáculo el que allí trasladamos por un rato y donde la estrella indiscutible como siempre fue la preciosa rueca de madera de castaño que me hizo este artesano de Galicia.
Como puedes ver la MasterClass fue muy muy completa. Al principio fue un grupo pequeño el que pudo llegar pero fue justamente eso lo que nos permitió disfrutar como enanos tocando todo y recreándonos en la preparación de la fibra.
La cardadora de tambor se terminó casi convirtiendo en un juguete que casi nadie se resistió a tocar. Me quedo con la cara de felicidad de todos ellos, de niños y mayores al ver salir la manta de lana.
Pero lo que me hizo muy feliz fue ver que todos los que allí estuvieron, grandes y pequeños, chicos y chicas, cada uno de nosotros con mayor o menor dificultad pudimos compartir este bonito momento en torno a la rueca y a la lana como hasta hace no tanto tiempo se venía haciendo en los filandones que se organizaban a la luz y calor del hogar. Esa misma magia que se podía vivir antaño en los hogares al acabar la jornada y oscurecer es la que pudimos vivir nosotros el otro día en un lugar tan especial, con tanta historia como es el Torreón de un antiguo palacio y acompañado de gente tan especial como Amalia y Pilar, Judit y Palmira, Marta y Cintia, Ana y Violeta, Raquel, Cristina, Pablo, Merche, Jesús,… y así podría seguir con cada uno de los asistentes que como gotas de agua fueron cayendo por allí y dejando su esencia en este encuentro. Se nos hizo de noche cuando salíamos de allí y desde abajo podíamos ver majestuoso el Alcázar iluminado con sus cuatro torreones presidiendo esta preciosa ciudad Imperial.
«Gracias a todos por estar allí y hacer de este encuentro algo tan bonito»
¿Si tú pudiste estar por qué no cuentas a los demás algo de lo que más te gustó? O si no pudiste y te quedaste con ganas cuéntanos también.
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